RESTOS DE ALGO NO DEL TODO VIVO
KRIZIA LEON PORTA


Restos de algo no del todo vivo

El conjunto de piezas reunidas aquí nacen de la negación de un paisaje fotográfico. Siguiendo ese espíritu, podemos examinar qué no son estas imágenes. Estas obras no son una búsqueda por una revelación trascendente; no buscan una identidad ni natural, ni regional, ni nacional. No son una plasmación del espíritu humano, ni colectivo ni de su autora. No retratan de forma realista o romántica la fotografía ni el espacio retratado por ella. No son una alegoría de una emoción o un sentimiento.

Hay, en suma. una búsqueda por ser impersonal. Por no preconcebir la imagen que vendrá. En este ejercicio de desmarcación, sin embargo, uno no puede borrarse por completo. Como quien deja señales en los árboles de un bosque para no perderse, hay ciertas preocupaciones recurrentes que vale la pena puntualizar. En primer término, las obras nunca pierden un sentido de espacialidad. Ya sea resquicios de un terreno -de una rugosidad material- o una profundidad tridimensional. Los elementos coalescen hacia la superficie. En segundo término, hay un elemento corporal que evade los dramatismos propios de un cuerpo romantizado o visceral. Más como vestigios que reconocemos, parcialmente, en la penumbra.

Quizá, la mejor forma de acercarse a estas obras es de una manera puramente sensorial, como quien se ejercita veinte minutos y luego examina cómo se siente su cuerpo. La aceleración del pulso, la humedad del sudor en la frente, las bocanadas forzadas de aire que entra y sale. Mi impresión es que estas imágenes se asemejan a nadar de noche en una laguna de un líquido viscoso, espeso, ocasionalmente tocando fragmentos de cosas, a veces sacando la cabeza hacia un horizonte nebuloso. En un espacio con una luminiscencia baja, como alumbrado por luciérnagas de baja intensidad, solo se perciben bordes de vida cuestionable.



Rafael Mayu Nolte



THE EXHIBITION