Usar el cuerpo para parar el tiempo.

La artista visual Oni 88 (Santiago de Chile, 1988), utiliza medios como el dibujo, el textil y la cerámica para traducir las imágenes que le llaman la atención volviéndose esta su estrategia personal de selección y recolección. Como buena “hija del Internet”, Oni configura un imaginario nutrido por la virtualidad en el que se vuelven recurrentes figuras provenientes de la cultura popular y de consumo de países como China y Japón. Se pueden identificar en él personajes animados de series de televisión, detalles de esquelas para chicas, ornamentaciones de restaurantes, patrones de jarrones y loza, y caricaturas que decoran envases comestibles. Muchos de estos elementos son considerados en la actualidad como imágenes de menor nivel, relegados a vivir a la sombra de las grandes obras albergadas en instituciones y museos. Sin embargo, como en un acto de rebeldía, la artista decide traerlos al frente para que nos detengamos en ellos y notemos los que estas son capaces de ofrecer como vestigios de nuestra cultura. Esto, a su vez, nos invita a parar, aunque sea momentáneamente, el torrente frenético de la eterna novedad para observar lo que ya ha sido creado.

Javiera Gómez