CADA DOMINGO×
PAUL GRANTHON


Todos lo hemos sentido. Esas ganas de hundirse en la cama y desaparecer. A veces es supervivencia, es necesidad. Puede ser difícil salir de ahí. Es más difícil si una familia empieza a naufragar junta.

Una casa entera se refugia entre las sábanas. Las cosas se arremolinan alrededor. Ropa, comida, responsabilidades. Lo más difícil de la tragedia es que todo es ordinario. La vida continúa. La rutina es un inconveniente a superar cada día y apenas es posible, todos vuelven a sumergirse en su propio escape. Menos Nana, la sobrina de Paul. En vez de perderse, ella se encuentra en las distracciones. El desorden no es crisis, es juego. Las tragedias son aprendizajes, los rituales son curiosidades.

La situación es la que es. La familia se hunde, Nana flota. Paul observa con atención su entorno. Encerrados, viviendo la fatalidad, esa mirada se tornó en su familia y en sí mismo. Documentó, a través de fotos, muchos momentos muertos. Dibujando esas imágenes, reconstruye una época familiar. Siempre me he preguntado por qué Paul dibuja como dibuja. No sobre sus técnicas o sobre lo que decide dibujar, sino sobre por qué, a pesar de ser preciso e inventivo en cómo resuelve sus obras, prevalece cierta ingenuidad. Le da levedad, sin quitarle importancia, a situaciones dramáticas. Y le inyecta vida a escenas intrascendentes. Pienso que es una cualidad infantil que él mantiene consigo, que ve en Nana un espíritu afín, y pisa tierra firme cuando dibuja.



× Rafael Mayu Nolte

THE EXHIBITION