LA UTOPIA Y EL MAR  
SONIA CUNLIFFE Y LUDMILA & NELSON


¿Porqué no te has marchado tú al bosque? ¿O has arado la tierra?

¿No está acaso el mar lleno de verdes islas?

Así habló Zaratustra, Friedrich W. Nietzsche



A las páginas de un libro sin letras, como películas silentes en la era del cine mudo, no les falta el sonido, sino que están llenas de silencio, parecen no tener palabras, pero abundan en significados. Estos folios establecen el núcleo gravitacional sobre el cual gira el concepto de esta exposición. Constituyen el punto de encuentro de dos artistas, Sonia Cunliffe y Liudmila & Nelson.

Los pliegos que ostentan aleatoriamente diversos tonos de azul recorren el sueño de crear una sociedad justa. Inscritos con una textura peculiar que se asemeja a un código encriptado por una civilización futura, nos hablan de un mundo en el que todo será mejor. Nunca había visto un libro para ciegos tan colorido. Desde la primera vez intuí que junto a la escritura en Braille existía un código cromático, el orden aparentemente azaroso de los diferentes matices me resultó demasiado singular como para no tener una intención.

Tomás Moro no podría haber imaginado que la utopía tenía un plan, un programa de desarrollo contenido en el alegato de autodefensa del líder del asalto al Cuartel Moncada, el hombre que quiso devolver la democracia republicana a su patria en el año del Centenario del nacimiento del cubano más grande, José Martí. Este plan comenzaba basado en cinco leyes revolucionarias que darían solución a los seis problemas fundamentales que aquejan a todas las naciones del planeta: El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo 1 . No existe un lugar donde estén solucionados todos, sin embargo, existe en nuestro imaginario la isla de la Utopía, y si hemos sido capaces de imaginarla, como tantas otras cosas que nos hemos figurado, entonces existe la posibilidad de crearla. Cuba apostó sin dudas por esa posibilidad, una entre miles de millones; una singularidad estadística, una imposibilidad viable a través de la comprensión de los códigos inscritos en esas páginas insondables como el mar que rodea a la isla.

Ambos artistas intentan descifrar los mensajes contenidos en los pequeños volúmenes que sobresalen del papel formando las estructuras que soportan la osadía de construir un modelo de sociedad ajeno a las leyes dictadas por el capital. La pasión de Sonia Cunliffe por la mayor de las Antillas no tiene paralelo, creo que ningún artista extranjero ha indagado tanto sobre nuestra realidad y es sin dudas la peruana que con más precisión ha escudriñado y sacado a la luz la mayor cantidad de verdades sobre nuestra isla misteriosa. Nos ofrece en Alegato, la traducción del texto La Historia me absolverá leído por un ciego, al lenguaje de signos que intenta sincronizadamente comunicarnos un sordomudo. El discurso queda encapsulado en una dimensión inaccesible para los no iniciados. Liudmila & Nelson por otra parte exploran el libro en una video instalación en la que se ve como lo acarician y recorren sus páginas intentando comprender ese lenguaje extraño, ajeno a los videntes, mientras se escuchan las olas, rompiendo a la orilla del mar. Los intentos por comprender este texto me recuerdan los esfuerzos milenarios de los rabinos cada Sabbath tanteando descubrir el verdadero nombre del creador del universo, guiados por el mismo instinto de hallar la clave para erradicar todos los males del mundo. Texto, subtexto, hipertexto y megatexto, infinita semiópolis, inabarcable como el azul del mar.

¡Qué importa el país de los padres! ¡Nuestro timón quiere dirigirse hacia donde está el país de nuestros hijos! ¡Hacia allá lanzase tempestuoso, más tempestuoso que el propio mar, nuestro gran anhelo! 2

A partir de este punto, los artistas toman caminos separados. Liudmila & Nelson nos presentan una versión actualizada de La gran ola (1997), donde la densidad de los inmigrantes ilegales se va reemplazando poco a poco por inmigrantes legales entre una ola y otra. En apariencias hay un cambio, pero en realidad nos lleva al mismo resultado. Cientos de familias divididas, miles de almas que arriesgaron sus vidas “voluntariamente” cruzando el estrecho de la Florida en balsas o adentrándose en la selva del Darién, confiando su destino a la voluntad del mar o a redes de traficantes. Impulsados por el miedo al destino incierto de su nación y seducidos por los cantos de sirena de una vida mejor en un más allá donde la única libertad bien podría ser la de mercado, pero que desde la precariedad económica se muestra como un paraíso terrenal.

Por otro lado, Sonia explora la distopía de la emigración más oscura de la historia de Cuba en una puesta en escena en la que accedemos a un video psicodélico que taladra nuestras emociones. Entre 1960 y 1962, más de 14 000 niños de entre 3 y 17 años fueron enviados por sus familias a los Estados Unidos con la esperanza de protegerlos de la influencia de la amenaza roja que se cernía sobre la isla. Los niños de Peter Pan fueron separados de sus seres queridos y acogidos, como huérfanos, en instituciones benéficas administradas por la iglesia católica hasta que pudieran reunirse con sus padres cuando estos pudieran emigrar. Tanto sacrificio, tanto dolor, tanta pena, muchas familias católicas cubanas se inscribieron en este programa convencidas por los sacerdotes de que sus hijos corrían el riesgo de convertirse en carne enlatada. La Operación Peter Pan fue sin dudas uno de los frutos más oscuros de la guerra fría, una guerra sin bombas, pero con infinitas víctimas.

Pero quien ha descubierto el país «Hombre» ha descubierto también el país «Futuro de los Hombres». ¡Ahora vosotros debéis ser mis marineros, marineros bravos, pacientes! 2

Para los creyentes en las religiones afrocubanas la persona que abandona la isla debe pedir permiso a Yemayá, aún cuando lo haga en un avión, porque para salir hay que atravesar el mar. Este ha sido siempre en las fantasías insulares y continentales de forma diversa el espacio para la libertad y los sueños, destino y origen.

La Gran Ola, OPERACIÓN PETER PAN: de ausencia en ausencia, Alegato y Absolut Revolution (Azul) coinciden como Yevgeny Zamyatin en la novela Nosotros de 1921, precursora de 1984 de George Orwell, Aldous Huxley en Un mundo feliz, Ray Bradbury en Fahrenheit 451, o El cuento de la criada de Margaret Atwood en una idea fundamental, lo más terrible, lo peor que nos puede llegar a pasar es la pérdida de la utopía.



Nelson Ramirez de Arellano Conde

La Habana, agosto 2023

1 La Historia me Absolverá, Fidel Castro Ruz

2 Así́ habló Zaratustra, Friedrich W. Nietzsche

THE EXHIBITION